domingo, 22 de mayo de 2016


ORIGEN DE LOS PRECURSORES ORGÁNICOS

A comienzos de los años 50, dos químicos de la Universidad de Chicago, revolucionaron la comprensión de la química básica de la vida. El Premio Nobel Harold Urey y el licenciado Stanly L.Miller prepararon un caldo de cultivo con algunos elementos básicos. Inyectaron metano, amoníaco, hidrógeno y agua, en un sistema cerrado de pipetas y tubos. Se supone que estos elementos químicos eran habituales en los primeros tiempos de la Tierra. Si metemos todos estos elementos en un recipiente y se le administra algún tipo de energía para conseguir reacciones, ¿qué reacciones se producirían? Utilizaron chispas eléctricas para simular rayos X. El resultado fue electrizante. Quedó un lodo marrón por las paredes. Al analizarlo, tenía mucho material orgánico. Había aminoácidos precursores y constructores de las proteínas. Las proteínas son la base de la vida. El experimento demostró que los precursores de la vida orgánica podían haber resultado de una reacción química. Este tipo de reacciones no se limitan a la Tierra. Hay metano, amoníaco, hidrógeno y agua en otros cuerpos del sistema solar y muchos científicos creen que en todo el universo. El astrónomo Carl Sagan, se refirió a este experimento diciendo que ningún otro experimento tan sencillo mostraba que la vida abunda en el cosmos.




GENERACIÓN ESPONTÁNEA



Uno de los hombres que se cuestionó el origen de la vida fue el filósofo griego Aristóteles, quien creía que la vida podría haber aparecido de forma espontánea. La hipótesis de la generación espontánea aborda la idea de que la materia no viviente puede originar vida por sí misma. Aristóteles pensaba que algunas porciones de materia contienen un "principio activo" y que gracias a él y a ciertas condiciones adecuadas podían producir un ser vivo. Este principio activo se compara con el concepto de energía, la cual se considera como una capacidad para la acción. Según Aristóteles, el huevo poseía ese principio activo, el cual dirigir una serie de eventos que podía originar la vida, por lo que el huevo de la gallina tenía un principio activo que lo convertía en pollo, el huevo de pez lo convertía en pez, y así sucesivamente.  También se creyó que la basura o elementos en descomposición podían producir organismos vivos, cuando actualmente se sabe que los gusanos que se desarrollan en la basura son larvas de insectos.  La hipótesis de la generación espontánea fue aceptada durante muchos años y se hicieron investigaciones alrededor de esta teoría con el fin de comprobarla. Uno de los científicos que realizó experimentos para comprobar esta hipótesis fue Jean Baptiste Van Helmont, quien vivió en el siglo XVII. Este médico belga realizó un experimento con el cual se podían, supuestamente, obtener ratones y consistía en colocar una camisa sucia y granos de trigo por veintiún días, lo que daba como resultado algunos roedores. El error de este experimento fue que Van Helmont sólo consideró su resultado y no tomo en cuenta los agentes externos que pudieron afectar el procedimiento de dicha investigación. Si este científico hubiese realizado un experimento controlado en donde hubiese colocado la camisa y el trigo en una caja completamente sellada, el resultado podría haber sido diferente y se hubiese comprobado que lo ratones no se originaron espontáneamente sino que provenían del exterior














                                           


1 comentario:

  1. interesante,me gusta este te a en general las teorias son muy interesantes ademas de eso, me llama la atencion kla idea de que alguien se cuestione el origen de nuestra vida

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